Fragmentos de historias que el tiempo nos relata, se plasman y se sienten en cada piedra, en cada pared. Vidas encerradas en otras vidas, interpretadas por personas anacrónicas que pretenden conocer lo ancestral. Cada rincón nos habla del lugar que fue, de la maravilla que ya nunca será. Nos habla de personas de carne y hueso, que transitaban esos muros en sus trayectorias cotidianas.
¿Qué secretos esconderá esta pared? ¿Qué conversaciones encerrará esta casa? ¿Quién se habrá enamorado en estas calles? ¿Con qué gestos se saludarían dos conocidos en estas escaleras? ¿Cuántos habrán nacido? ¿Cuántos habrán muerto? ¿Cómo habrán defendido a su pueblo de la invasión y el saqueo de los colonizadores?
Las historias que el tiempo nos cuenta son memoria y energía.