jueves, 27 de enero de 2011

Utopía .

Me encantaría que no existiera ninguna forma de capitalismo en el mundo, aunque lamento que seamos tan pocos los idealistas que creemos que una sociedad mejor puede lograrse sin el dinero. Es que tanto tiempo hemos estado a la sombra del capitalismo que pensar un mundo sin él resulta casi imposible para la gran mayoría. Y lo que es aún peor, pertenecemos a la generación del "capitalismo liberal" que promueve la competencia salvaje en pos del "desarrollo". 
En la actualidad la situación va empeorando cada vez más, en Argentina no sólo nos vanagloriamos de ser un país "en desarrollo" sino de tener 26 años de democracia. Una falacia atrás de la otra. 
Nunca vamos a ser un país "desarrollado" mientras sigan existiendo las "potencias" estadounidenses y de los países de la Unión europea. 
Y nunca vamos a tener una democracia plena si está asociada al sistema de producción capitalista, y menos todavía si es en el sistema neoliberal o postsocial. ¿Porqué? Por el simple hecho de que sus principios son totalmente contradictorios: solidaridad vs. competencia, "poder del pueblo" vs poder de los "más aptos" económicamente, y la lista sigue.
Hoy en día pedimos más seguridad. Pero, ¿cómo lograr frenar la inseguridad en un mundo donde más de la mitad esta excluida?
Una vez escuche decir una frase que me quedo muy gravada: "Mientras halla exclusión, va a haber violencia". Y no veo otra manera de frenar las grandes olas delictivas que esta: terminar con la exclusión social, con la marginación, con la pobreza, con las condiciones de vida que hacen pensar que cientos de miles de personas no son personas.
Yo suelo imaginarme en esta situación: ir caminando por una ciudad vacía, preguntándome dónde estarán los ciudadanos, cuando de repente veo una vidriera en donde están todos, los de acá y los de allá, y los de todo el pueblo. Dentro de ese lugar veo que hay luces, música, comida, ropa; como si fuera una fiesta. Y yo afuera, solo, desnudo, con hambre... ¿Cuál va a ser mi reacción? Mi instinto natural me va a forzar a romper esa vidriera e intentar entrar en la fiesta. Y ahí esta, justamente, la violencia. 
Han notado que dije "instinto natural" y "reacción", no fueron términos al azar. Porque si a eso, que sería lo A PRIORI, le sumamos una vida de exclusión mirando esas ventanas, una educación en manos de personas que igualmente han pasado su vida mirando el mundo a través de esos cristales, y peor aún, un mundo exterior que me dice que es precisamente a ése lugar, al afuera, al cual yo pertenezco, no veo el modo en que no se produzca el grado violencia y de inseguridad que padecemos en la actualidad. 
Y les recuerdo, al pasar, que los que disfrutan de la fiesta no somos nosotros, la clase media (ni la "media-baja", ni la "media-alta"). Nosotros somos apenas los que sirven las comidas y las bebidas, que de tanto en tanto nos robamos un bocado o un sorbo, o nos lo tiran al piso para que comamos, al gran estilo de los señores de la Edad Media con sus siervos. 
Este es el fiel retrato del capitalismo actual. Nos pintan como "progreso" lo que en realidad es un gran retroceso. Idolatran la ciencia que estudia lo natural, cuando por detrás están deforestando los bosques y contaminando al planeta.
Y se preguntarán quizá a quién me refiero cuando hablo en tercera persona. 
Hablo de las grandes potencias económicas, de los grandes poseedores de dinero, de los ricos, de los adinerados. Ellos, que con sus discursos populistas nos convencen de ser lo que ellos quieren que seamos, que nos adoctrinan en sus instituciones de poder, a la gran manera faucoltiana. 
¿Y porqué? Por aquel segundo sentimiento que mueve al mundo después del amor: el miedo. Miedo a que los 5 mil millones de personas del mundo que no somos los que comemos la torta de la fiesta ni soplamos las velitas, nos levantemos en contra de aquellas mil millones que sí lo hacen. Y si eso ocurre, si acaso el sueño de los pocos idealistas que pensamos que eso puede llegar a ocurrir un día efectivamente se cumple, entonces podremos lograr terminar con el capitalismo empresarial de unos pocos, y generar un nuevo sistema en el que no haya una sola persona que mire la fiesta desde afuera. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario