lunes, 30 de diciembre de 2013

Hannah Arendt

El presente trabajo es una investigación que trata de profundizar en ciertos aspectos del pensamiento de la filósofa alemana Hannah Arendt, haciendo especial hincapié en sus conceptualizaciones éticas y, más específicamente, en la noción de acción.
Para comenzar a introducirnos en la investigación, considero esencial decir algunas palabras acerca de la vida de la autora que vamos a abordar.
Hannah Arendt nace en 1906, en Hannover, en la actual Alemania. Estudia filosofía, teología y griego, teniendo como maestros a reconocidos filósofos del siglo XX tales como Heidegger, Husserl y Jaspers. Por su condición de judía, debe escaparse del régimen nacionalsocialista alemán refugiándose primero en Francia y luego en los Estados Unidos. Entre sus obras más destacadas se cuentan “Los orígenes del totalitarismo” (1951), “La condición humana” (1958), “Eichmann en Jerusalén. Un estudio sobre la banalidad del mal” (1961), “Entre el pasado y el futuro. Ocho ejercicios sobre la reflexión política” (1961), “Sobre la revolución” (1963), “Sobre la violencia” (1970). Arendt muere en 1974, quedando inconclusa una obra a la que iba a denominar “La vida del espíritu” o “Vita contemplativa”.
Si bien sabemos que lo central en toda la obra de Arendt es el ámbito de lo político, como puede verse también en los títulos de sus obras principales, nuestro propósito es intentar indagar en un aspecto diferente del pensamiento de la filosofa, para intentar rescatar las nociones éticas que plantea. Pero estas cuestiones deberemos analizarlas en el marco de su filosofía política y de sus estudios antropológicos, puesto que las relaciones éticas que se dan entre los hombres guardan una importante relación con los asuntos políticos por un lado, y con la concepción de ser humano desde la que se parte, por el otro.
De las concepciones éticas de la filósofa, lo que nos interesa particularmente abordar (por su vertebralidad en la filosofía de Arendt) es el concepto de acción.
Para encuadrarlo dentro del marco general de su filosofía, cabe destacar que la acción puede pensarse como la actividad central de la experiencia humana. Se enmarca dentro de lo que la autora llama vita activa, en oposición a la vita contemplativa (que apunta a las operaciones del espíritu). La vita activa consta de tres actividades generales: la labor, el trabajo y la acción. La primera refiere a las actividades de satisfacción de las necesidades propias del ciclo vital. La segunda se funda en la capacidad humana de hacer, fabricar o producir, permite construir objetos de uso para aliviar el dolor y la molestia del laborar y para, a su vez, darle al un mundo un carácter duradero. Y la tercera (la acción) refiere a la capacidad del hombre de comenzar algo nuevo, de poner algo en movimiento por propia iniciativa.
A lo largo del trabajo, plantearemos un recorrido que tiene como punto de partida lo antes mencionado en torno a la acción, y que se encuadra dentro del contexto epocal de la autora.
En el primer capítulo, abordaremos la acción en relación con las críticas a la Modernidad y a los gobiernos totalitarios que plantea Arendt, pensando en relación a esto la violencia y la idea de la banalidad del mal.
En el segundo capítulo, plantearemos un posible cruce entre las nociones éticas de Arendt y las kantianas, retomando la clásica distinción entre éticas materiales y formales. Allí buscaremos las divergencias, pero considerando también algunos posibles puntos convergentes.

Y en el tercer capítulo, retomaremos lo abordado en las secciones anteriores para proponer una integración crítica, que culmine con algunas conclusiones personales que hemos podido extraer en el desarrollo de la investigación.

Para leer el trabajo completo: 
https://www.dropbox.com/s/vziln1rupacovfw/Entrega%20final.docx?dl=0

(Queda totalmente prohibida la reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio o soporte, sin el consentimiento expreso de su autora)

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